¿Soft Skills? ¿Hard Skills? Son términos que no paramos de escuchar en los entornos laborales, pero ¿qué significan? ¿Cuál es la diferencia entre Soft Skills y Hard Skills?
Hard Skills versus Soft Skills en el ámbito laboral
Estos términos hacen referencia a las habilidades que tiene una persona. Las Hard Skills se traducen por habilidades duras. Son aquellas difíciles de conseguir y de cambiar. Es decir, son habilidades técnicas que se aprenden con formación y experiencia profesional. Por tanto, este tipo de habilidades son las necesarias para realizar ciertas tareas.
En cuanto a las Soft Skills o habilidades blandas, son las más complicadas de alcanzar o cambiar. Estas competencias están relacionadas con rasgos como la personalidad, las habilidades comunicativas y sociales, etc. Por ejemplo, trabajo en equipo, motivación, asertividad, etc.
Las habilidades blandas se pueden adquirir si se ponen en práctica. Aunque se trata de una tarea compleja, se puede conseguir si nos fijamos en cómo actuamos en ciertas situaciones y cómo podemos mejorar.
Hoy en día las empresas conceden tanta o más importancia a las Soft Skills que a las Hard Skills en los procesos de selección de personal. El principal motivo es que las personas con habilidades blandas suelen adaptarse fácilmente a la cultura de la organización.
En este sentido, se puede afirmar que habilidades blandas son una ventaja competitiva en el ámbito laboral. Para llegar a hacer una entrevista de trabajo es necesario contar con habilidades duras. En una situación de igualdad entre las Hard Skills, las empresas se preferirán los candidatos con Soft Skills.
Diferencias entre las habilidades duras y las habilidades blandas
Con los datos que hemos dado hasta ahora podemos hacernos una idea sobre las diferencias entre ambas habilidades. No obstante, existen tres diferencias esenciales que no se pueden dejar de mencionar.
En primer lugar, cada una de las habilidades requiere de una inteligencia diferente. Las Hard Skills se relacionan con la inteligencia general. Y, por otro lado, las Soft Skills se vinculan a la inteligencia emocional.
Otra diferencia es cómo son consideradas por las organizaciones. En la mayoría de las organizaciones requieren profesionales que tengan habilidades duras. Sin embargo, las habilidades blandas se valoran más o menos dependiendo de la cultura empresarial.
Por último, se diferencian en los procesos de aprendizaje. Las Hard Skills son las que se adquieren en los centros formativos. Es decir, se consiguen diferentes niveles de competencia a través de una formación reglada.
En colación, las habilidades blandas no parten de un procedimiento estandarizado. Estas habilidades interpersonales se aprenden en el día a día y por ensayo y error. Aunque podamos encontrar libros sobre este tipo de aspectos dependerá de la personalidad de cada persona.
¿Cuáles son más importantes?
Ambas habilidades serán más o menos importantes en función del puesto que se desempeñe o de la carrera profesional que se quiera desarrollar. Actualmente encontramos tres carreras diferentes en estas categorías.
En primer lugar, están las carreras que exigen más habilidades duras que blandas. Este caso suele darse en el mundo de la investigación teórica. Destacan las personas con inteligencia brillante, pero no trabajan bien en equipo.
Por otro lado, tenemos las carreras que necesitan contar con las dos habilidades. Aquí encontramos la mayor parte de puestos de trabajo. Los empleados tienen que tener conocimientos sobre su campo, pero también necesitan tener habilidades sociales para llevar a cabo su trabajo eficazmente. Por ejemplo, abogados, psicólogos, enfermeros, etc.
Y, por último, están las carreras que exigen más habilidades blandas que duras. En esta categoría están los puestos de comerciales, vendedores, atención al cliente, etc. Estos profesionales tienen que tener la capacidad de comunicar y llegar a otras personas. También ser persuasivos y resolutivos.
Certificar Hard Skills y Soft Skills
En el mercado laboral están ocurriendo importantes cambios. Las empresas están trabajando en capacitar a sus trabajadores. Y, por otro lado, los profesionales quieren seguir desarrollándose profesionalmente para seguir siendo competitivos en el mercado laboral.
Por suerte, existen credenciales para demostrar que los trabajadores cuentan con nuevas habilidades y competencias. Se conocen como badges o insignias. Están vinculados a la entidad emisora, sus criterios de evaluación y sus pruebas de logro. Por tanto, se puede mostrar tanto la integridad como la veracidad. En nuestra experiencia la medición automática de estas tareas es uno de los medios más eficientes para crear el perfil del trabajador.
El objetivo es reconocer las competencias que son valiosos para un trabajador. Estos símbolos se pueden colocar en el currículo o en la página web de una organización. También se pueden mostrar en redes sociales como LinkedIn. Es una buena manera de mostrar tanto las habilidades prácticas como las académicas.